El Antiguo Régimen define la forma de organizarse la economía, la sociedad y el poder político en Europa durante los siglos XVI, XVII y XVIII.
La economía del Antiguo Régimen se fundamentó en una agricultura extensiva y en una organización social de carácter gremial.
Desde la Edad Media pervivieron en Europa las mismas formas de entender la economía, el poder político y la sociedad. Con las Revoluciones burguesas se pretendió cambiar la división de la sociedad en estamentos, en lo político sustituir la Monarquía Absoluta y en lo económico modificar los planteamientos mercantilistas.
Los Monarcas, pretendiendo aumentar su poder (con una concepción mercantilista) potenciando los recursos de sus respectivos reinos. Su objetivo principal se centró en atesorar la máxima cantidad posible de oro aumentando la producción nacional y favoreciendo las exportaciones nacionales poniendo trabas a las importaciones extranjeras (proteccionismo).
La Agricultura fue la base económica fundamental y la propiedad de la tierra constituía la el fundamento del poder y del prestigio social.
Casi el 80% de las tierras estaban en manos de los estamentos privilegiados (clero y nobleza); éstas eran cultivadas por los campesinos a cambio de pagar una renta a sus propietarios (éstos vivían de sus rentas sin preocuparles la rentabilidad de las mismas y sin interés porque aumentara la producción de ellas mediante la inversión para mejorarlas).
Predominaba la agricultura la rotación trienal y el barbecho (así una tercera parte de la superficie agrícola no se cultivaba cada año).
Además la escasa producción agrícola estaba amenazada por las malas cosechas que ocasionaban hambrunas que diezmaban la población y eran causa de un estancamiento demográfico.
Las precarias comunicaciones impedían la existencia de un mercado nacional integrado y cada comarca vivía de forma autárquica.
De este panorama sólo escapaba Inglaterra.
La Industria era sector productivo marginal.
En las ciudades seguía vigente una organización gremial que impedía la competencia y la renovación técnica.
Las Manufacturas reales, algo parecido a una fábrica, carecía de máquinas y sus productos elaborados no se destinaban al mercado sino al abastecimiento de los palacios reales (espejos, tapices, lámparas, muebles, etc) con poca rentabilidad y sus gastos supone una carga para el Estado.
El Comercio se centraba en las grandes ciudades y en las zonas costeras y estaba en manos de la burguesía que se enriquecía con él, aunque tenían que pagar excesivos impuestos en las aduanas interiores, peajes, pago por pieza transportada, etc.
La Demografía se definía por sus altas tasas de natalidad y mortalidad (causada por las guerras, epidemias, hambres, falta de higiene, etc..) presentando un crecimiento lento e inestable y con una esperanza de vida no superior a los 40 años.
Jerarquización social:
La sociedad se encuentra dividida:
*.- Nobleza y clero.
Tienen privilegios como no pagar impuestos, ocupar los principales cargos públicos, no recibir torturas judiciales, usar caballo...
Viven de las rentas de sus tierras trabajadas por los campesinos.
La cabeza de este grupo social, el Rey, que desde su poder absoluto garantiza sus privilegios. Entre sus miembros existía también una jerarquización (no era igual un duque o un marqués que un caballero o un hidalgo, en el clero no era lo mismo un cardenal o un arzobispo que un simple cura de aldea
*.- Burguesía y campesinado.
La burguesía era el grupo social más rico, integrada por comerciantes y profesionales liberales (médicos, abogados, banqueros...), tienen poder económico ya que son el motor de la economía. Su máxima aspiración era convertirse en nobles, bien por matrimonio con la nobleza arruinada o bien al servicio del rey.
Teniendo el poder económico reclamarán también el poder político.
El campesinado vivía en una pobreza extrema, sus condiciones de vida frecuentemente eran miserables, no eran dueños de nada; pagan impuestos.
*.- Monarquía Autoritaria, Absoluta, Ilustrada.
A partir del siglo XVI el Rey recuperó el poder político que en la Edad Media estuvo en manos de la Nobleza (Monarquía Autoritaria).
Desde el siglo XVII la Monarquía se hizo Absoluta (el Rey acumuló todavía más poder fundamentado en el “derecho divino”).
En el siglo XVIII, Despotismo Ilustrado, los reyes influidos por todos los pensadores de la Ilustración ya no van a justificar su poder basándose en argumentos religiosos como en el siglo anterior, sino en la razón, es decir en los argumentos de los Ilustrados
El rey sigue teniendo un poder absoluto, es un déspota, pero a diferencia de los siglos anteriores su principal objetivo es lograr el progreso y la felicidad de sus súbditos: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
Montesquieu defendió un sistema de Gobierno parlamentario y propuso la división de poderes. Voltaire realiza una profunda crítica del Absolutismo. Rousseau, en El Contrato Social, fundamentó el poder del Rey como pacto con sus súbditos.
Los principios fundamentales en los que se basó la Ilustración:
· El hombre individual, como elemento esencial de la sociedad.
· La razón, como motor del hombre e instrumento del conocimiento.
· El progreso como proceso indefinido y como conjunto de leyes por las que se rige la naturaleza humana.
Los Ilustrados, además de someter a crítica y rechazar el Antiguo orden de cosas, fundamentaron sus propuestas en:
*.- Una Religión natural, sin dogmas ni milagros.
*.- Libertad, Igualdad y Propiedad como derechos esenciales del hombre y de la sociedad.
*.- Una autoridad política basada en la voluntad general que facilite la búsqueda de la felicidad.
La Ilustración se difundió a través de libros, revistas, gacetas, periódicos, tertulias, clubes, logias masónicas, academias o universidades.
Sus ideas fueron recogidas en los 28 volúmenes de la Enciclopedia, dirigida por Diderot y D`Alambert (Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios). Pese a que su publicación fue clandestina y censurada, sus nuevas ideas se extendieron desde Francia por Europa y América.